domingo, 15 de abril de 2012

Ruta Barrio Gótico: Capilla de Santa Llúcia


La capilla de Santa Llúcia, antes llamada capilla de las once mil vírgenes, esta situada dentro del conjunto catedralicio, en la esquina formada por el carrer de Santa Llucia y el carrer del bisbe. Para llegar hasta ella hay que situarse en la catedral de Barcelona, y seguir por la entrada de la antigua muralla romana que da acceso al carrer del bisbe. Justo en la primera esquina se encuentra la iglesia, que antaño formó parte del conjunto de las edificaciones del palacio episcopal. Hoy se sitúa adosada a un lateral del claustro gótico de la catedral, construido el siglo XIV. 

Construida el año 1268, constituye el último edificio de estilo románico de Barcelona, y probablemente de toda Cataluña. Una vez finalizados los trabajos de construcción del palacio episcopal, el obispo Arnau de Gurb obtuvo un solar anexo al cementerio de la catedral barcelonesa, donde se construyó la capilla dedicada a las Santes Verges y a la Mare de Déu. Hoy, ya se ha dicho, está dedicada a Santa Llúcia. Y como se ha dicho también, la finalización del claustro gótico en el siglo XIV, hizo que la iglesia quedase adosada a un lateral de la galería oeste, cerrándola por dos de sus lados. 

La iglesia de Santa Llúcia queda enmarcada dentro del estilo románico tardío o tardo-románico, en el límite que separa el románico del estilo gótico, aunque cuente con aspectos de éste último. Se trata de un edificio de planta rectangular de una sola nave, con bóveda de cañón algo apuntada y cubierta a dos aguas. En la fachada occidental destaca su puerta de entrada, con arco de medio punto y dintel liso. Sobre ella, un esbelta ventana, sencilla y de estilo románico. Se corona la fachada con un campanario de espadaña, de construcción muy posterior al periodo románico. 

 El elemento destacado es la puerta de entrada en la fachada occidental, realizada bajo el canon románico (antiguo para la época en que se construyó) cuenta con elementos casi propios del arte gótico. Consta de cuatro arquivoltas en degradación que descansan sobre seis pilastras rectangulares y cuatro columnas cilíndricas. Un friso continuo decora la parte superior de las pilastras y las columnas, formando sendos capiteles en éstas cuatro. La arquivolta exterior cuenta con un pestaña externa adornada con motivos vegetales que se repiten en el friso inferior, en el resto aparecen motivos individuales en cada una de las dovelas, generalmente representaciones vegetales de plantas y hojas, con la excepción de tres de ellas en las que aparecen seres vivos, se tratan de (contando desde nuestra izquierda hacia nuestra derecha según se observa la portada) la quinta, en la que es probable que aparezca representado un ave, la octava en la que se identifica un animal cuadrúpedo, que es atacado por otro semejante y por dos aves, y finalmente la dieciseisava dovela, en la que muy desfigurado se podría identificar la figura como un león, casi en posición rampante. 

Cabe decir que la representación de vegetación de la manera que nos aparece en esta arquivolta y en el resto de decoración del elemento, nos habla del grado de evolución que el estilo románico ha adquirido hacia el naturalismo del gótico, incluso la figura del león rampante común en la heráldica (inexistente hasta el siglo XIII) nos da señales de ello. La segunda arquivolta, numerándolas desde fuera hacia dentro cuenta con una decoración en forma de zig-zag, común en el románico. En la tercera aparecen estrella de cinco y seis puntas, así como flores con cuatro, cinco y hasta seis pétalos. Finalmente, en la última arquivolta, la más interior, se nos muestra lisa y vacía de decoración, en conjunto con el tímpano. 

Curiosidades Capilla Santa Lucía

La Capilla de Santa Lucía encierra un misterio: el de su presencia. Una muy antigua tradición barcelonesa cuenta que en el lugar donde hoy se encuentra la capilla vivió en otro tiempo Lucía. 
Su historia es extremadamente aleccionadora. Oriunda de Sicilia, cuentan las crónicas que era extremadamente bella, dotada de unos extraordinarios ojos azules capaces, por sí mismos, de suscitar pasiones. Lucía era cristiana y cuando un pagano la pidió en matrimonio, ella se limitó a decir que era sierva de Dios. Denunciada por el despechado pretendiente fue detenida, pero sus ojos enamoraron al Cónsul romano. Ella volvió a rechazarlo y el Cónsul, tras decirle que sus ojos le hechizaban, amenazó con hacer todo lo posible para que fueran suyos. Esa misma noche, Lucía se arrancó sus ojos y los ofreció en bandeja de plata al Cónsul. En su lugar crecieron otros, negros, no menos cautivadores. 

La capilla de Santa Lucía tiene dos "ojos" que la comunican con el exterior, la puerta de acceso desde la calle del mismo nombre y la que la comunica con el claustro. La tercera puerta que daba a la calle del obispo, fue tapiada y apenas muestra una efigie del Agnus Dei como rastro de que allí estuvo. Santa Lucía encarna un viejo mito pagano llegado del Norte, probablemente con los invasores germánicos. Lucía es la Holda nórdica, hada y hechicera a la vez, dotada de dos aspectos antagónicos, maléfico y benéfico. Estaba ligada a la rueca y en Austria no se podía hilar en su festividad y se decía que las brujas andaban en libertad excepcionalmente activas. 

En su noche, una luz misteriosa aparecía en los cielos y quien tenía el valor de observarla podía leer el futuro. En Barcelona es patrona de las modistas. Está ligada a la visión; es conocido la bendición que dice "Santa Lucía te conserve la vista y la claridad" y resulta evidente que esa "claridad" no alude solamente a la visión, sino, antes bien, a la luz interior y a la intuición espiritual. Su fiesta se celebra el 13 de diciembre y preludia el ciclo navideño. 

No siempre la capilla estuvo consagrada a la Santa, antes se la conoció como "Capilla de las Once Mil Vírgenes"; su culto pasó a la santa solo a mediados del siglo XVI. Todo esto remite a una serie de símbolos. Santa Lucía tiene dos aspectos complementarios: de un lado se trata de una divinidad estacional que aparece cuando declinan las luces del otoño y en el horizonte aun no se presiente la fiesta del Sol Invencible en el Solsticio Invernal. Pero esto no es todo. De otro lado, Santa Lucía remite a una temática propiamente hermética. La Capilla de Santa Lucía es el límite Oeste de la Catedral y de su claustro. Su primera piedra se colocó en 1257 y terminó de construirse once años después. Treinta años más tarde se inicia la construcción de la Catedral de Barcelona. 

Tenemos la convicción de que la construcción de la Capilla de Santa Lucía obedeció a la necesidad de los futuros constructores de la Catedral de tener una pequeña capilla, próxima a la futura Catedral, donde estuvieran presentes las unidades de medida que iban a utilizarse. Estas unidades dependían del lugar y cada lugar es diferente de todos los demás. El codo utilizado en la Catedral de Chartes, es diferente del empleado en Bourges. El palmo y la caña de Barcelona debían de ser igualmente diferenciados. Los historiadores del arte se han preguntado qué llevó a los maestros de obra a construir la capilla de Santa Lucía poco antes de abordar la construcción de la Catedral gótica. 

Se ha dicho que la pequeña capilla era la iglesia del palacio arzobispal. Se olvida que está al otro lado de la calle más frecuentada de la Barcelona antigua, la calle del Obispo y su prolongación comunicaba la puerta Decumana y la puerta Pretoria de la calle Regomir. La calle del Obispo existe desde que existe la ciudad, era el "decumanus" mayor de la Colonia Julia Augusta Patricia Barcino. Era del todo improbable que el palacio arzobispal tuviera la capilla al otro lado de tan populosa calle. No, Santa Lucía tiene dos elementos que la ligan indisolublemente a la catedral gótica: el ser el límite de su claustro, marcando la línea del pórtico de la Catedral y, al mismo tiempo, albergar la medida que sirvió como patrón mientras duraron las obras.

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